Estoy triste…tan triste, un sabor amargo en las palabras
el aliento de mi voz llora atormentado
la desesperanza volvió a retoñar en nuestras conciencias
Estamos dolidos, cansados, hartos de la violencia social
Al amanecer despertamos con el aullido macabro de las ambulancias
ayer fue Facundo, un hermano poeta
antes choferes de camioneta, cientos de mujeres,
niños despedazados por el odio de secuestradores
Varias décadas antes, la guerra voraz desangró la sonrisa
de campesinos, obreros, estudiantes y soñadores
quienes solo querían un país justo para vivir
Los sobrevivientes de la pasada guerra nos preguntamos
¿Qué hacemos con esta pesadilla? cada gobierno es peor,
ladrones desvergonzados, compadres de los maleantes, los mareros y los
narcos
A diario un circo llamado “democracia” lo muestran los medios
¿Para donde vamos con nuestro país?
la violencia y la manipulación nos están matando la vida y la conciencia,
Quienes seguimos vivos y aún no manipulados
no tenemos poder y estamos desarticulados,
no es que no tengamos capacidad de propuesta
es que no podemos estar al lado de quienes dirigen todos los espacios
políticos, porque no son auténticos, sino solo se esfuerzan por poder y
dinero
Son épocas difíciles, tan difíciles que no sabemos qué pasara mañana, solo
nos acostamos con el dolor enraizado, y preguntándonos por qué no se
encuentra una mejor salida?
Me gustaría morir de vieja y morir tranquila de haber visto a nuestro país
diferente, transformado, porque nuestros hijos, sobrinos, nietos futuros,
nuestros estudiantes y nosotros, esta generación que ha sufrido tanto,
todos, merecemos disfrutar de nuestra Guate, a quien amamos tanto, por eso a
pesar de todo, no nos avergonzamos de ser guatemaltecos, sino todo lo
contrario, somos nobles y trabajadores.
Estoy triste, tan triste, extrañaré a Facundo y su poesía. Extrañaré al
Licenciado Bauer Paiz, ese ejemplo del autentico revolucionario.
Ellos ya cumplieron con su tarea, nosotros aún no hemos terminado y debemos
buscar solución a este laberinto doloroso de la violencia y la desigualdad.
Ojala no, nuestra indiferencia o egoísmo, contribuya a aniquilar a nuestro
país.
Rossana Estrada Búcaro. (Poeta, investigadora y docente universitaria)